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13/10/11

Columbus Day

Hoy es Columbus Day, o el día de Colón.
Me levanto contenta, incluso después de descubrir cómo se vive el “botellón” americano, justo debajo de nuestra ventana.
Desayunamos en Lori’s Dinner, una cadena de restaurantes de los años 50, en la que el menú es 100% americano e incluso en la mesa tienes una maquinita para poner música por 50 centavos.

Huevos "benedict"

Máquina de música en Lori's Dinner (había una en cada mesa)
Visitas de hoy: Yerba Buena Gardens, unos jardines preciosos con una fuente en honor a Martin Luther King, frente a una iglesia que llama la atención por estar en medio de los rascacielos y justo al otro lado del parque está el SFMOMA, el museo de arte moderno de San Francisco.
    
 
Museo de Arte Moderno de SF
Luego fuimos a Castro; el barrio gay por excelencia y donde comenzó la revolución homosexual allá por los 70. Este barrio es todo un icono de la comunidad gay y así se nota nada más bajar del autobús.

Mission Dolores: El barrio de Mision, donde en 1776 un misionero español fundó la misión de San Francisco de Asís, que todavía se conserva al lado de la basilica actual.

Alamo Square: en sí no es más que un parque bastante chulo, pero éste tiene la peculiaridad que en uno de sus laterales, se encuentran formando una hilera las llamadas Painted Ladies, que son unas seis casas de estilo victoriano, que llaman la atención por su belleza y porque desde el parque la vista de las casas contrasta con la vista al fondo de los rascacielos de San Francisco.

Comida: Sotto Mare, restaurante del barrio de North Beach, donde China se mezcla con Italia formando un contraste muy curioso en San Francisco. La especialidad de este restaurante, número uno en las guías expertas en internet y recientemente nombrado como el restaurante nº1 de la ciudad con 5 estrellas, es el Cioppino: una especie de sopa de marisco consistente en mejillones, almejas, buey de mar, calamares, gambas,…. Todo esto bañado en una salsa especial de tomate y mil cosas más y lo más curioso, macarrones. Parece raro, pero estaba riquisimo.

Puntos a destacar:
El café: esta gente está a años luz de saber lo que es un buen café, mejor dicho, de saber lo que es el café. Porque esto que toman no sabe a nada de nada. Pero bueno, no hay nada que George no pueda arreglar pidiendo 5 cubitos de leche y otro tanto de sobres de azúcar…
La gente: por ahora estoy totalmente sorprendida con la amabilidad de la gente de aquí en general. Nos pasa continuamente, por la calle, en restaurantes, en el bus,…. Si alguien nos ve mirando el mapa o mirando alguna señal en la calle como buscando a donde ir, enseguida nos preguntan si necesitamos ayuda o a dónde queremos ir. La primera vez desconfiamos porque nos pareció raro tanta amabilidad (además somos gallegos y eso de la desconfianza…), ahora nos damos cuenta que los raros somos nosotros por no comportarnos así con los extranjeros en nuestro país.
Aquí es de lo más normal que si estás haciendo una cola (para el tranvía, para el restaurante,…) la gente que tienes al lado saque conversación “qué tal vuestro día?, es vuestra primera vez aquí? Yo soy de Oregón y vengo una vez al mes, es un sitio fantástico…”; te dan consejos sin que se los pidas, se disculpan por cualquier cosa, son educados y respetan las colas, a nadie se le ocurre colarse para nada!!!.
Por ejemplo, cuando la gente se baja del autobús, …. Le dan las gracias al conductor ¡!!, alucina.
El tema de los vagabundos o “homeless” como dicen aquí. Es un paquete que va incluído con la ciudad, inseparable. Es cierto que debido a esto, quizás el tranporte público y algunas zonas de la ciudad huelan mal o parezcan algo sucias y descuidadas. Nosotros nos topamos con bastantes; hablan solos, gritan, y van hasta arriba de sabe dios qué. Pero al ciudadano de a pie no parece importarle.  Con lo cual, a nosotros tampoco.
Y como colofón del día, pena que no tenga una foto para que lo veais, pero pedazo helado que se tomó George en la famosa tienda de helados de Ghirardelli, un capacho lleno de caramelo, dos bolas de vainilla, plátano, chocolate caliente, nata, almendras y cerezas. Entre esto y la media botella de vino californiano que se tomó con el marisco, casi le da algo.
Ahora mismo dice que cree que no va a cenar, …… pero todavía no está muy seguro.

Mañana dejamos esta ciudad para comenzar nuestra “aventura”. Seguramente a partir de ahora no podremos escribir tan a menudo en el blog, pero prometo que cuando consigamos un sitio con internet, subiremos cositas.


Una amable cowboy me dejó acariciar a este ..... bicho.

Ayuntamiento de SF y policía montada.


la chica del rodeo, era una miss o algo así.


En la playita con el calor que hizo hoy y con el Golden Gate al fondo.

12/10/11

Ese puente rojo...

Para tranquilidad de nuestras madres, tengo que empezar haciendo un pequeño apartado sobre lo que hemos comido estos días.
El lunes para almorzar decidimos probar Starbucks, una famosa cadena de “café para llevar” que hay por todo el mundo, curiosamente sirven también desayunos y decidimos probar uno. Pedimos 2 sandwiches, sin saber muy bien qué llevaban, la sorpresa fue cuando abrimos nuestras bolsitas para llevar y vimos que lo que había allí eran 2 mini bocadillos con forma de hamburguesa, la primera contenía una especie de tortilla francesa y la segunda lo que parecía una hamburguesa de carne pero sabía a salchicha bradwurst. Todo esto acompañado de un café con leche (aquí les llaman café olé). Imaginaos semejante desayuno a las 8 de la mañana. Con razón no teníamos casi hambre a las 3 de la tarde.
Para comer ese día nos fuimos, como ya dijimos al Buba Gump (de la película Forrest Gump) y allí lo típico son las gambas, pedimos un caldero de gambas pensando que serían a la plancha pero curiosamente parecían como al ajillo y de segundo para no repetir las gambas, o tomar algo que no fuese super rebozado, pues nos tomamos un salmón con verduras y una ensalada césar. Y para cenar pues como que ya no teníamos ni ganas y eso que las ofertas eran muchas, hay por aquí unos restaurantes que tienen muy buena pinta….
Hoy para desayunar decidimos seguir los consejos de los amigos del foro de “los viajeros”, y acercarnos a Washington Sq.  y hacer cola en Mama’s un sitio muy peculiar; es pequeñito y las colas que se montan solo para desayunar dan la vuelta a la calle. Después de 10 minutos conseguimos mesa y en realidad no sabíamos qué pedir viendo la carta, casi le decimos al cocinero “ponme lo que está comiendo ese de ahí”, los platos tenían una pintaza. Finalmente el desayuno fueron lo que llaman unas tostas francesas (George dice que son como las torrijas que hacen nuestras madres), pero unas estaban rellenas como de bizcocho, otras como de budín y otras parecían realmente torrijas, eran 3 en cada plato, enormes y cubiertas de fresas, frambuesas, plátano, arándanos y acompañado con una mermelada de frutos del bosque y un cubito de miel para esparcir por encima. Buffff, casi no me acabo ni la primera, me comí toda la fruta y me tomé un zumo de naranja, cuando me dí cuenta de que en esos momentos mi nivel de azúcar debía estar por las nubes. La camarera me miró como diciendo “pero cómo no te lo comes”, yo le dije varias veces que estaba todo delicioso pero que de verdad no podía comer nada más.
Después de este maravilloso desayuno, ya teníamos todas las fuerzas a tope, justo lo que necesitábamos para recorrer el puerto y cruzar el Golden Gate en bici y llegar hasta el pueblecito de Sausalito.
Aunque despertamos con niebla, ésta se fue despejando y lo que ayer fue un día frío, lluvioso y totalmente gris, hoy era despejado a medias, con niebla en la bahía y con las temperaturas subiendo por momentos.
La primera parada con las bicis fue el Observatorium, o el Palacio de Bellas Artes. Para los que visteis la película de La Roca, os sonará; es el parque dónde Sean Connery se reúne con su hija. Un sitio que parece sacado de un cuento, muy muy bonito y un lugar ideal para pasear y desconectar un rato.
Luego llegaba lo grande del día: cruzar el famoso puente. Pero curiosamente la niebla que no había en la ciudad, se veía a lo lejos y estando a menos de 1 kilómetro del puente, no había narices a decir dónde estaba, no se veía nada de nada. Decidimos seguir ya que estábamos allí, nos daba igual, pero de repente, apareció….
    
 
 y comprobé que el famoso puente me había dejado un recuerdo. Que sepáis todos que el famoso Golden Gate ….. destiñe ¡!!!

 
Sausalito es un pueblo con un encanto especial  y sobre todo llegar a él en bici es precioso. Las casas están repartidas por las colinas que mueren en el mar, lo que me recordó al pueblo asturiano de Cudillero, con la diferencia que Sausalito es como más pijo.
Es famoso por las típicas casas flotantes,   pero nosotros íbamos más pendientes de buscar la famosa “Hamburguers”,  que según dicen en internet hace las mejores hamburguesas de la costa oeste. No lo podemos asegurar pero sí que son las mejores que he probado nunca. Vimos cómo las hacían allí mismo, totalmente caseras y bastante grandes. No estaban nada fuertes y mi estómago no se resintió en absoluto.
Para terminar la visita del día, qué mejor que volver a San Francisco en ferry desde Sausalito y regalarnos esta vez unas increíbles vistas del Golden Gate y de la ciudad tras la niebla, que curiosamente solo hay en aquel lado de la bahía, porque en Sausalito parecía verano y en San Francisco digamos que,… otoño.
  

Y como colofón de este día tan completo nos subimos al mirador de la Coit Tower desde donde pudimos apreciar mejor la belleza y peculiaridad de San Francisco con sus colinas y casas de estilo victoriano (hay muchísimas)
  
Por ultimo y ya a la luz de la luna, nos fuimos a la calle Lombard, conocida como la calle más sinuosa del mundo. Por lo que he oído, para salvar el gran desnivel de la calle y no hacer una cuesta tan empinada, decidieron hacer una calle en zig-zag (tiene unos 5, 5 zig-zag no curvas eh!), y para que el impacto visual no fuera tan agresivo lo adornaron con plantas.
     

Ahh, se me olvidaba una cosita. Si nada lo impide me llevo de recuerdo un pedacito de Alcatraz, concretamente un trocito de la pared del comedor (shhhh, que no se entere nadie.....)

De todo un poco en SF


Primer día completo en San Francisco y nunca mejor dicho. Completo porque nuestras piernas nos lo están corroborando y en SF porque su microclima quedó patente a lo largo del día.

De todo un poco, empezamos haciendo la primera “frikada” del viaje buscando y encontrando la famosa casa de la serie Padres Forzosos que la mayoría recordaréis.



 Después visitamos Chinatown y nos dirigimos a Fisherman´s Warf para comer en el Buba Gump. Si, efectivamente el de las gambas Buba Gump de Forrest Gump. Todo ello bajo una constante lluvia que nos amargó un poco la mañana.

Cable Car subiendo por la calle Powell.


Puerta de entrada de Chinatown.



Entrada al "muelle de pescadores" osea Fisherman's Wharf

Chinatown pues lo típico, tiendas, restaurantes y muchos chinos, pero muchos y es que es muy grande. La lluvia nos fastidió bastantes buenas fotos y fue todo un incordio. Increible después de aterrizar ayer con semejante solazo, pero SF es así.


Edificio pintado como si fuese un mural. Hay muchos así en San Francisco.

La zona de Fisherman´s Warf es de recreo total y muy turística. Con vistas a la preciosa Bahía y llena de restaurantes franquicia, tiendas de ropa, cafés etc. Nos fuimos a comer una gambas y claro, ya lo sabíamos pero como estamos de vacas pues da igual, total, sablazo y pista.

Comiendo gambas en Buba Gump.



Los leones marinos todos panchos tomando el sol y berreando como verduleras.

Vimos los leones marinos en el muelle e hicimos las primeras fotos, entre la tupida niebla, a Alcatraz.


A las 18:00 teníamos reservada la visita nocturna a la prisión, sin duda lo mejor del día, totalmente recomendable, lo pasamos en grande. 3 horas en total, una tarde bien aprovechada.




Cuando partimos del muelle dejó de llover y la verdad las fotos del skyline de SF desde la isla lo agradecen, muy muy bonito.

  
Eso si, el Golden Gate Bridge ni se asomó pero mañana no se nos escapará porque vamos a recorrerlo en bici llueva o truene.
Y así pasamos el día, no podemos con el culo y notamos más el jet lag hoy que ayer, supongo que mañana mejor aunque vamos a hacer unos 15-20 km en bicicleta.

El “Cable Car” es tremendo, clásico tranvía con la peculiaridad de las calles por las que transita, San Francisco sin esas enormes colinas y calles empinadas no sería tan bonita como lo es de esta manera. Nos encanta y lo usaremos todas las veces que podamos. Increíbles vistas, de noche todavía más.


10/10/11

Aterrizando en San Francisco

Primer susto en París: 
- En las pantallas de información del vuelo aparecen los nombres de varios pasajeros, entre ellos el de George. Qué pasa? nadie sabe nada, nadie nos informa. Finalmente y después de unos minutos de nervios averiguamos que solo le piden una dirección de dónde se va a quedar en San Francisco; menos mal!
A las tres de la tarde poníamos rumbo al oeste. Sobre las cuatro nos dan la comida, bastante buena, primer plato, segundo (a elegir), postre, café y la bebida que quieras. Escogimos un vino tinto francés (ya puestos).

El vino hizo que las dos horas siguientes nos fueran más llevaderas debido a la siesta que nos echamos.
A mitad de vuelo, teníamos a nuestra disposición en uno de los laterales del avión, bebidas, sandwiches, galletitas saladas y lo mejor..... unos helados Haagen Dazs que estaban de vicio.
Las horas pasaban pero por nuestra ventana siempre veíamos el sol. Incluso cuando mi reloj (aún con la hora española), marcaba las once y media de la noche, era surrealista mirar por la ventanilla y ver cómo brillaba el sol.
Dando uno de los paseos por el avión, nos acercamos a una ventana y vimos un paisaje espectacular. Primero creímos que era Groenlandia, pero un pasajero americano nos comentó que había hecho esta ruta varias veces y eso era el norte de Canadá. Ahí fue cuando caímos en la cuenta de las horas que realmente llevámamos a bordo.
Finalmente a las 5 de la tarde, hora local, llegamos a nuestro destino, con una sorpresa muy especial. El comandante dice por megafonía: "señoras y señores el Golden Gate a su izquierda".












































Y por fin llegamos a la ciudad, encontramos nuestro hotel y cansados pero muy contentos por estar ya aquí, decidimos dar una vuelta.
Aquí ya es de noche son las 7 de la tarde y la primera impresión que nos causa la ciudad a pie de calle es muy peculiar; huele raro. Una mezcla de olores y de estilos de vida. Olor a comida rápida, café expresso, perfumes de lujo que se mezclan de repente con olores a marihuana, suciedad y como dicen aquí "homeless" o sin techo. Están por todos lados y hacen de la noche su refugio.
Para nuestra suerte nada más salir del hotel nos cruzamos con el mítico tranvía clásico de San Francisco y pudimos observar cómo funcional el rudimentario sistema de "darle la vuelta" al tranvía.


Y por hoy no podemos más, son ya más de 24 horas las que llevamos en pie y nos empieza a pasar factura. Mañana será otro día, que por lo que vemos en las noticias de la tele, será lluvioso y nublado, lo que quizás haga de nuestra visita a Alcatraz algo más especial.